Nada favorece tanto la relajación y el recogimiento como un tranquilo paseo.
En el Jardín de la Paz te ayudarán entonces la belleza del lugar, el encanto de las líneas arquitectónicas y, sobre todo, las numerosas frases espirituales de Juan XXIII, grabadas en placas de latón y colocadas a lo largo del camino.
El recorrido discurre por todo el jardín para llegar finalmente al lugar más espiritual, la cripta, todo ello en el abrazo metafórico que sugiere la estatua del santo.